Esta semana, Guillermo González ha cumplido su mayor sueño: volver al pequeño pueblo de Isla (Cantabria), en el que vivió los mejores veranos de su vida. Este ha sido posible gracias a la Fundación Colisée y la colaboración del Ayuntamiento de Arnuero.
El próximo 25 de junio, Guillermo González, un vitoriano con una fuerza mental desmesurada cumplirá un siglo de vida. Una vida tan sencilla como intensa en la que la familia siempre ha ocupado el centro. El mayor de cinco hermanos, durante la Guerra Civil y la posguerra, fue el apoyo imbatible de su madre para sobrevivir al dolor y la miseria; años después se enamoró de una rubia llamada Epifanía que lo cautivó para siempre. “Juntos formaban un gran equipo”, recuerda su hija Olga que siente la misma devoción que su hermano Ángel por su padre. Epi, como la llamaba todo el mundo, murió en 2003, cuando estaban a punto de viajar a Isla como cada año. “Allí vivimos juntos los mejores veranos”, rememora Guillermo que ahora vive en la residencia Colisée Miñano de Álava.
Durante quince años, cada mes de septiembre, Guillermo y Epi se escapaban a esta pequeña población cántabra de playas de arena fina y aguas cristalinas. Lo hacían con amigos y amigas, en excursiones que él mismo organizaba. Y siempre se alojaban en el mismo lugar, la mítica fonda y hospedería San Emeterio.
Un sueño hecho realidad: el mejor regalo para un siglo de vida
Esta semana, tras veinte años, Guillermo ha vuelto a Isla, ha vuelto a revivir sus baños en la playa de El Sable, las subidas al repetidor de la montaña, las risas con sus amigos, los paseos eternos con Epi…
Este mecánico de oficio, que llegó a ser propietario de su propio taller, ha vivido un día único. Y la organización de este ha sido posible gracias a la colaboración del equipo del centro residencial Colisée Miñano.
Y es que Guillermo solo sabía que iba a volver a Isla, pero no todo lo que le aguardaba en el camino. Tras recogerle en el centro residencial, apenas a un kilómetro y medio de Isla, tuvo su primera sorpresa del día. Fue recibido en la Casa de las Mareas (Suano), por Carmen Pérez, concejala de Cultura y Servicios Sociales, que le hizo unos presentes de recuerdo de Isla. Ella, junto a Vicente Moros, director de la Fundación Colisée, le hicieron entrega de una placa conmemorativa.
Allí mismo, en un paraje de exuberante belleza natural, Guillermo recibió un mensaje del expresidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que le felicitó por su centenario. “Esto es fabuloso. No me merezco tanto”, dijo un emocionado Guillermo.
Ya en Isla, la concejala fue la encargada de acompañar en su visita a Isla a Guillermo, de descubrirle todo aquello que había cambiado, de compartir con él aquello que seguía exactamente igual y que rápidamente el vitoriano de deslumbrante memoria reconocía.
Y hasta la playa de El Sable, en la que tanto se había bañado Guillermo, se acercó Jose Manuel Igual, alcalde de Arnuero, para saludarle. Le regaló un pin con el escudo municipal y compartió con él impresiones sobre Isla. Aunque lo que más ilusionó a Guillermo fue el libro editado por el ayuntamiento que el alcalde le regaló. Un libro lleno de fotografías antiguas de Isla que le fascinó.
El broche final fue la comida en el restaurante San Emeterio, en el que tras veinte años, todavía recordaban a Guillermo. Allí le esperaban sus dos hijos y personal de la resiliencia que le profesa un gran afecto para celebrar de manera anticipada su centenario. Fueron horas para comer, beber, reír y cantar. Horas para compartir que volvieron a colmar de emoción a este vitoriano único.
No hay una edad límite para cumplir sueños
A través del programa ‘Vive tu sueño’, la Fundación Colisée trabaja para estimular y fortalecer la salud emocional de las personas mayores. La entidad, así, apuesta por que es posible y saludable vivir el envejecimiento en positivo. Por ello, facilitar a las personas mayores la realización de pequeños proyectos pendientes o deseos ilusionantes, es una herramienta para favorecer su bienestar y mejorar su calidad de vida.
“A través de este programa, reivindicamos que no hay edad límite ni discapacidad que impida realizar los sueños de una persona. Además, poder realizarlos, aporta a la persona autoconfianza, seguridad en sí misma e ilusión por la vida”, destaca Vicente Moros.
No hay una edad límite para soñar
A través del programa ‘Vive tu sueño’, la Fundación Colisée trabaja para estimular y fortalecer la salud emocional de las personas mayores. La entidad, así, apuesta por que es posible y saludable vivir el envejecimiento en positivo. Por ello, facilitar a las personas mayores la realización de pequeños proyectos pendientes o deseos ilusionantes, es una herramienta para favorecer su bienestar y mejorar su calidad de vida.
“A través de este programa, reivindicamos que no hay edad límite ni discapacidad que impida realizar los sueños de una persona. Además, poder realizarlos, aporta a la persona autoconfianza, seguridad en sí misma e ilusión por la vida”, destaca Vicente Moros.